La codependencia.
El narcisista es dependiente de su necesidad de ser atendido y halagado todo el tiempo y su víctima es codependiente. Esto significa que el codependiente termine convirtiéndose en víctima.
La actitud, conducta y emocionalidad del trastorno narcisista, afecta directamente a quienes están a su lado, generando: ansiedad, miedo, obsesión, ira, culpa, abandono, pérdida de energía y confusión, entre otras emociones.
Esa codependencia ciega a la víctima, la paraliza, implica una pérdida de autoestima y amor propio. Ya no se siente un SER, acepta su cosificación. Ni el narcisista ni la víctima son objetos, pero tu mismo/a, le estás nombrando SU narcisista, lo que implica que tú también cosificas.
La víctima se vuelve un cócktel tóxico con el tiempo, en su desesperación por no soltar, para no perder lo que le hace daño y también cree suyo, comienza a actuar de una manera incontrolable. Es presa de la ansiedad, la angustia, los celos, la obsesión.
Lo que los une es una relación enfermiza en la cual ninguno de los dos serán felices y en la cual ninguno de los dos permanecerán saludables. En la que el narcisista puede hacer vida útil a pesar de que la víctima destruye la suya día a día. Igual a una adicción, el Narcisista controla y posee a la víctima y la víctima cree que no puede vivir sin él o ella.
Existe un vínculo económico que agraba mucho más la situación cuando uno de los dos depende económicamente únicamente del otro y esa necesidad, destruye la mayoría de las soluciones probables.
Comments