En la época de las fiestas puedes correr dos tipos de suerte o destino cuando mantienes una relación empático - narcisista. La puedes pasar súper bien o súper mal, pero nunca en término medio.
Al igual que para las personas desequilibradas mentalmente, en el narcisista es un período de desbalance, puede caminar por el lado alto del muro o arrastrarse por el lodo del infierno.
Si estás de buenas y el /la narcisista está en fase maniática o festiva, no parará de hablar, de organizar actividades, de halagar y halagarte todo el tiempo aunque consideres que no es para tanto. Si por el contrario se encuentra en fase oscura, deprimida o conflictiva prepárate para vivir un verdadero infierno emocional que irán desde los conflictos inesperados a largas horas de descarte silencioso.
Comenzarás el Nuevo Año al máximo de esplendor o estrujándote en la oscura soledad de la amargura.
El maestro de ceremonias está al mando y como es acostumbrado obedeces a sus órdenes o te sometes a ácidos castigos emocionales que acompañarán tus días y tus noches por un buen rato.
Incluso si has terminado la relación y te sientes libre de interferencias, no te sientas tan a salvo, suelen aparecer como si nada hubiera ocurrido derrochando simpatía y carisma por doquier, probando si aún enciende tus fuegos ahogados en el dolor o en la voluntad de olvidar.
Son tiempos de pruebas, de destape, de descubrimiento. Aquí se presentan las pistas de una conducta que no conocías, vuelven a ti las pesadillas de antaño o las dudas que carcomen tu alma.
Quieras o no nunca se deja de amar a aquella faceta que te enamoró una vez y aunque sea solo un mínimo porcentaje en tu hoy emocional, es lo suficientemente fuerte para desestabilizarte y confundirte.
No basta una copa, ni la música intensa, ni la compañía incondicional de amistades sanas y empáticas. Su sombra es difícil de ocultar, aún cuando hayas superado el reto del desprendimiento, de levar anclas, el eco de su voz se siente en el profundo silencio.
No te atormentes! es normal y pasará en breve. Son las pruebas a las que te someterás durante toda tu vida, y las cuales solo serán eso, pruebas superadas pero con memoria grabada a fuego en tu corazón.
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