Las personas a diario incurren en pensamientos limitantes, miedos y prejuicios que quieren un vendedor entienda y compense para aliviarles su miedo a perder su dinero o lo que es peor la ansiedad causada por gastarlo.
No importa lo honesto que seas, lo trasparente y claras que sean tus publicaciones, siempre te encuentras rodeada de personas que no creen en nada de lo que quisieran hacer.
Eso las inmoviliza de gastar, pero no de preguntar, escribir, grabar audios y llenar tu espacio para nada.
Personas que te piden todos tus datos, dirección, teléfono, whatsapp, cédula, nombre, etc. Esas personas están absorbiendo todo de ti a cambio de erosionar tu vida, tu tiempo, tu equilibrio emocional.
Las plataformas virtuales de venta así como las redes sociales, han convertido al ser humano, en un molesto parásito poco pensante, que juega a comprar todo lo que quisiera tener, sin pagar ni comprar absolutamente nada al final del día.
Personas que dicen: " ya voy para allá, ya voy a depositar, ya .ya.ya", es como el cuento de la zanahoria, somos todos burros siguiendo la zanahoria que tramposamente nos muestran delante de los ojos, simplemente para seguir abusándose de nosotros. Personas que te exprimen y te sueltan y luego, cuando lo necesitan vuelven con promesas falsas, lo que se convierten en nuevas zanahorias. Piensan que no nos damos cuenta, como si fuésemos tontos o ciegos, lo que no se imaginan, es que algunos simplemente medimos hasta dónde pueden llegar con ese metaverso.
Es difícil ser un vendedor real en un mundo de compradores virtuales o tal vez zombies de incógnito.
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