El rencor es un sentimiento que te afecta a ti directamente, en cuerpo y alma.
Es un sentimiento difícil de manejar cuando se ha instalado de un modo persistente, ya que genera mecanismos pensantes que van creando deseos de venganza.
Para lograr recuperar tu equilibrio emocional, debes hacer todo un trabajo de reformulación de tus caminos pensantes y las asociaciones que derivan de cada estímulo recibido. Es decir lo que piensas automáticamente al primer impulso nervioso.
Debes aprender a cambiar la manera en que percibes la realidad, los mensajes, las actitudes propias y ajenas. Bajarle el tono, y no enfocarte solo en lo que te molesta.
Antes de explotar respira hondo al menos cinco veces, no contestes y cambia de ambiente o habitación.
Si tienes auto o vehículo, sal a dar una vuelta y detente en un lugar tranquilo hasta calmarte. Si no lo tienes, sal a caminar, que eso siempre da resultado.
Ten en cuenta que solo te afectas tú con el rencor, si no logras desprenderte, te comerá por dentro y los demás seguirán viviendo.
Si no logras cambiar las circunstancias, cambia de actitud.
Nada es más importante que tu paz interior.
Lo más difícil es perdonar, pero podrás hacerlo a medida que aumentes tu nivel de consciencia y te superes a ti mismo.
Deja ir los malos recuerdos, los malos momentos y enfócate en tus proyectos y planes de vida. Eso hará que vayas bajando la carga de rencor.
Bájale el volumen a la voz de tu EGO y escucha más tu voz espiritual. Siempre es más sabia.
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