De a poquito. Es un trabajo minucioso, sabe manejar muy bien la autoridad, la necesidad, las urgencias. En un principio será un salvador, un amable y eficiente colaborador. De a poco con una sonrisa suave y unos acercamientos afectuosos te irá convenciendo de que es mejor pensar como él o ella.
Luego te irá enseñando a actuar como él o ella, te comprobará que lo has venido haciendo mal, has pecado de ingenuidad o despreocupación y se esforzará en enderezarte y facilitarte la vida.
Suavemente irá marcando tu paso y el compás de tu vida. Poco a poco perderás el control de tus decisiones, de tus gustos, de tus elecciones.
Te enseñará ya con más poder, que no debes ponerte rebelde, que no hay otra razón más que la suya y que todos lo que tu crees que te quieren nunca te han querido, sino que se han aprovechado de ti. De ese modo se convertirá en la única persona disponible para ti y te sentirás en deuda por ello.
Como la duda es perezosa, te esforzarás por aceptar para que todo te ruede mejor y más bonito, hasta que un día descubras que ya tus ruedas se han arruinado y no podrás llegar a ninguna parte.
Te pido un minuto de silencio para reflexionar.
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