" Honro el lugar dentro de ti donde reside el Universo entero" ;
Honro el lugar dentro de ti del amor, de la luz, de la verdad, de paz - y ese mismo lugar en mí.
Solo hay uno, nosotros.
Namasté invoca el sentimiento de unidad espiritual, de corazón y mente con la persona a la que se está saludando.
Cuando se entiende en un contexto espiritual, namasté puede ser un saludo adecuado para todos nosotros. Es una amorosa expresión de reverencia, respeto, humildad y unidad.
“La luz divina en mí se inclina ante la luz divina dentro de ti”. Ram Dass
Qué belleza! Aún recuerdo la agradable sensación la primera vez que alguien me saludó con un Namasté. Todo mi ser se llenó de una dulce sensación de energía divina!
Debido a su connotación espiritual y un sentido de unidad en todo, el saludo namasté está siendo venerado y recibiendo mayor atención y aplicación más allá de su origen hindú. Ya forma parte del mundo espiritual alrededor del globo.
El término “namas” significa ‘saludo’ o ‘reverencia’, y proviene etimológicamente de nam, que quiere decir ‘postrarse’ o ‘inclinarse’. Por su parte, el sufijo “te” es un pronombre personal, bastante parecido al equivalente en español, que significa “a ti”.
Namasté es el saludo común en el yoga. Es un gesto para enviar un mensaje de espiritualidad pacífica al universo con la esperanza de recibir un mensaje positivo.
Se dice que los centros del corazón y los chakras se conectan durante este dicho divino.
Namasté crea vibraciones para quien recibe el gesto aumentando su energía vital.
Cómo hacer el gesto de namasté ?
En India, es apropiado utilizar el gesto namasté al saludar a los colegas. Junte ambas manos y céntrelas frente al pecho. Haz un pequeño movimiento para inclinarse mientras dice namasté. Los ojos deben estar cerrados y no deben colocarse objetos en las manos mientras se gesticula.
Namasté se usa para buscar el perdón y es cortés cuando se acepta una mala acción.
Según la creencia hindú, Dios es tanto trascendente como inmanente. El espíritu divino está en todas partes, incluso dentro de nuestro ser más íntimo. La divinidad está presente en todos nosotros.
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