Todo mensaje escrito se puede interpretar de diferentes maneras por la sencilla razón que las pausas se pueden hacer en puntos y comas diferentes a lo que pensó el autor. Esto puede cambiar el concepto y el sentido de las palabras en la frase.
Otro punto es el tono de la voz, que no existe en si mismo, pero cada persona le adjudicará un tono de acuerdo a su percepción y estado emocional. Por lo tanto… no es tan literal como piensas, existen otros componentes sensoriales agregados a gusto del consumidor.
Los tonos de voz están guardados en la memoria y desde allí las asociaciones transitan libremente.
Las malas interpretaciones pueden abundar y además hay que tener mucho cuidado con los errores ortográficos, pues una simple letra puede arruinar totalmente el mensaje.
Es recomendable no abusar de los signos de exclamación, pues quien los lee podría interpretar que estás exclamando de rabia en vez de con alegría.
Por ello y mucho más te agrego este práctico
Consejo: no textear a la ligera, revisar antes de enviar y no contestar al primer impulso.
La tecnología sigue dando que hablar y que textear. Cuída tus deditos.
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