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Cómo identificar a un cliente tóxico?

Dentro de la humanidad existe un sin fin de flores y un sin fin de cizaña que crece libremente en la pradera. Como ello, en el ambiente empresarial ocurre lo mismo, existen clientes buenos, nobles, de palabra, coherentes y decididos y otros que hacen fuerza para no ser totalmente opuestos a todo ello, pero la condición está en ellos por defecto.



Image by Ryan McGuire from Pixabay


Cómo se presenta un cliente tóxico?


Suelen aparecer de la nada, porque escucharon de ti en alguna conversación o encontraron un aviso o un link que conducía a ti o a tu empresa.


Se presentan como curiosos que quieren saber más sobre el trabajo que ofreces.

Suelen ocultarse tras un chat, con un nombre falso y un perfil vacío.

Intentan mostrando un perfil bajo, captar tu atención para que les brindes consideración.


Esa consideración va desde prestarle todos los minutos u horas de tu vida, en el horario que quiera, hasta brindarle información relevante antes de depositar un centavo.

Son los mártires incomprendidos del mercado, los que necesitan de tu ayuda porque no les va bien, pero no quieren soltar su dinero, ni aceptar que tienen problemas.


Nunca acepta tus propuestas, te envia mensajes de reenganches a diario, ofrece contrapropuestas que con paciencia sueles considerar y aceptar, pero al final no cumple con ninguna.


Antes de pagarte siempre quiere hacer un nuevo comentario o una variante, siempre está indeciso.


Quiere que le asegures con lujo de detalles cuánto conseguirá él con tu trabajo, cuántos clientes o ventas logrará, cuándo recuperará la miseria que aún no decide pagarte.


Te puede pedir muestras, es decir, ideas nuevas, frescas, de regalo, para nunca más volver.


Pretende que entregues todo antes de cobrar, con la excusa de que quiere estar al tanto de si tus ideas son las mismas que las de él. Como dije antes, si le va mal porque actúa mal, cómo pretende que tu le aconsejes lo mismo!? pero allí tiene su argumento de incompatibilidad para borrarse invicto.




Cuando tienes un cliente tóxico en la mira, en tu teléfono y en tu tiempo, no dudes en despedirlo. Inútil es pensar que terminará cediendo y aceptando tus propuestas. Mentirá una y mil veces antes de sacar un centavo de su bolsillo.


Siempre querrá agregar más cosas, o modificar lo que has hecho para no dejar de cerrar su bolsillo.


Cuando le das el ultimátum se hará el ofendido, repetirá frases trilladas que aprendió de otros y te culpará de ser un mal negociante.


Te cansará con sus idas y venidas hasta que no te quede más remedio que aplicarle el contacto cero.


Con las personas tóxicas no existen los negocios, solo conocen del abuso, el exprimidor humano, la desfachatez, la incoherencia y la ignorancia que envuelve todo su mundo.



No hay orden en el desorden y con ellos los acuerdos no son acuerdos, solo manipulaciones creadas para exprimirte un poco más.


No los necesitas, sin ellos siempre ganas. Coloca límites desde un principio y hazte valer.


Image by Petya Georgieva from Pixabay





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